Francolini, corrupción y dádivas: La increíble historia del Lázaro Báez concordiense

El caso del empresario K fue conocido como símbolo de los negociados que realiza el poder económico con el Estado. Francolini desde la Municipalidad de Concordia hizo lo propio con un oscuro empresario local.

Siendo secretario de turismo del municipio, Francolini le entregó a su amigo Edgardo Fernández la administración del Complejo Termal de Concordia en el año 2015. Un enorme favor, ya que al complejo se le asigna muchísimo dinero del erario público que Fernández no justifica ante nadie. Hace pocos días, el jefe de los gastronómicos Gustavo Brandt, confirmó que el complejo está absolutamente deteriorado. La sociedad fue perfecta: enriquecimiento asqueroso de una familia y desvío de fondos públicos para financiar la campaña de Francolini. Si pensamos en que Fernández integra la lista de concejales del viceintendente, todo cierra. El plan fue ideal. El Lázaro Báez entrerriano había sido creado.

La historia de este último fue la misma. Al Kirchnerismo lo acusaron durante años de liderar una banda criminal por medio de la cual desde el Poder Ejecutivo y aquellos organismos vinculados a la obra pública, montaron una estructura orientada a la sustracción de fondos públicos por medio de la asignación discrecional (casi el 80%) de las obras viales adjudicadas en Santa Cruz, lo que representó la contratación del Estado en favor de Lázaro Báez por más de $ 46.000 millones. Según reza el juicio que condenó al magnate de la construcción.

Francolini aprendió de los años dorados K y quiere llevar a Concordia el mismo sistema corrupto de dádivas y favores para amigos poderosos.